domingo, 21 de julio de 2013

LOS PINOCHOS EMPRESARIALES


Las mentiras actualmente forman parte habitual en las personas en todo el mundo.  Normalmente estos principios son enseñados desde casa, como una forma de vivir o mejor dicho de sobrevivir en la sociedad. Como dice Eduardo Chaktoura  ….. por historia, los padres son, para sus hijos, los primeros "maestros de la mentira". Ellos nos enseñaron a fingir y atentar contra la verdad por temor a ser castigados…”
En las empresas los trabajadores usan las mentiras para esconder un error, encubrir una tarea mal realizada, tapar nuestras incapacidades o no se den cuenta que no damos la “talla” en nuestro puesto de trabajo. Estas muelas, cobas o mentiras organizacionales son utilizadas en cualquier nivel jerárquico del negocio. Claro está, tal como siempre he comentado en mis anteriores artículos, en la medida que sea mayor el cargo estos pinochos empresariales impactarán más negativamente en el rendimiento del negocio.
Es impresionante, que las mentiras  formen  parte del modo de vivir y de trabajar de los trabajadores, pero más sorprendente es cuando detectas una serie de pinochos en altos cargos directivos. Donde creen que el uso recurrente de las mentiras es una artimaña para salir de un gran aprieto.
Nos preguntamos entonces: Qué pasó con el incumplimiento del mandamiento de honestidad? Por qué le hacemos frecuentemente caso omiso? La respuesta a estas interrogantes puede tener varias vertientes:
1.    Los trabajadores mienten por el miedo que sienten al fracaso
2.    Mentimos cuando nuestro ego se ve amenazado
3.    Como mecanismo de defensa para sacarle provecho a una situación
En cualquier caso mentimos como un acto de supervivencia. Todos mentimos a lo largo del día. Es por ello, que no podemos emitir juicios de valor cuando una persona miente expresando que es un trabajador malo o poco confiable. Pero, todo tiene su límite.
Por supuesto, existen las llamadas mentiras “blancas”, muelas éstas que usamos para salir airosos de una situación y que no afectan a ninguna de las partes. No obstante, estas mentiras piadosas en el pasar del tiempo se convierten en narices muy largas, cuyo peso harán producir un gran problema en función de nuestra responsabilidad.
Cuando las mentiras se convierten en naturales, son altamente peligrosas, ya que son trabajadores que han aprendido a mentir desde pequeños con el objetivo de evitar un castigo, y en el trabajo lo hacen para no ser sancionados.
Lamentablemente para los mentirosos naturales empresariales las mentiras tiene “patas cortas” y las cosas “caen por su propio peso”, y los especialistas en esta materia tienen actualmente herramientas llamadas “detectores de mentiras” que dejan en muchos casos evidencias claras y precisas para descubrir a los mitómanos organizacionales, mediante sus acciones, expresiones corporales, estudios, técnicas, inspecciones y/o auditorías.
Pero, como dice el dicho “es mejor decir la verdad aunque duela”; el secreto para el éxito de los negocios es decir sólo cosas ciertas.
Termino este artículo con una reflexión del trabajo realizado por Gay Hendricks y Kate Ludeman:
“La honestidad saca a la luz lo mejor de cada uno. Dicho de otro modo, la integridad no es sólo una idea noble, es un instrumento para el éxito personal y empresarial.”
Saludos Cordiales,
Ulises Toro

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