martes, 16 de febrero de 2021

PAUSAS ACTIVAS EN TIEMPOS DE COVID-19

 

  Pausas Activas en el Trabajo


   La rutina en el trabajo o en casa, puede ocasionar a veces situaciones de salud que lamentar, sin embargo, es recomendable, especialmente a personas que están largos períodos de tiempo sentados frente a una computadora o su herramienta de trabajo, que tomen breves descansos para recuperar energías.   

 

   Hay pruebas de la función beneficiosa del ejercicio físico en la prevención de enfermedades, como tratamiento coadyuvante en patologías crónicas y en el bienestar psicológico. Es bien sabido, que el ejercicio también podría tener un efecto protector en el sistema inmunitario, cuyo estado óptimo es crucial para responder de un modo apropiado a la amenaza de la COVID-19.

 
 
Pausas Activas en Casa

   En el marco legal la OMS (Organización Mundial de la Salud)  y la LOPCYMAT (Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo) buscan promover el bienestar de los trabajadores, y es por ello, que las pausas activas son unos de los instrumentos de salud más importantes para el lograr este objetivo.

  En resumen, las pausas activas no son otra cosa que interrupciones cortas de una actividad dentro de una jornada laboral. Los beneficios pueden ser diversos:
·         Mejorar la actividad de las articulaciones
  • Disminución de cargas musculares
  • Oxigenar el cerebro
  • Estabilizar la presión arterial
  • Prevenir el estrés y enfermedades profesionales
  • Enriquecer las relaciones interpersonales
  • Aumentar la concentración
  • Recargar energías
  • Incrementar la productividad
   Las pausas no deben confundirse con los horarios de almuerzo o descansos estipulados en la Leyes, son realmente pausas de 8 a 15 minutos (cada empresa o individuo puede estipularlo según el tipo de labor) que pueden realizarse dos veces al día que son sugeridos específicamente para trabajadores o teletrabajadores cuyas posiciones de trabajo son prolongadas o repetitivas.

   Cada organización puede programar un tiempo y lugar en el día para realizarlas, y designar un líder o varios líderes que orienten al grupo para hacer las pausas:
  • Respiraciones
  • Estiramientos
  • Ejercicios que pueden sentados o parados que propicien siempre cambios de posición.

    Estos descansos no son para siestas sino para reactivarnos energéticamente cuerpo y mente mediante movimientos guiados, si lo prefieres incluyendo la música como elemento catalizador.

   Según lo explica O. Chaustre. Fisioterapeuta especialista en ERGONOMIA Y SALUD: “La pausa activa no debe confundirse con diversión ni debe asociarse a pérdida de tiempo productivo. Por el contrario, es un espacio preventivo que evita la aparición de trastornos osteomusculares y, de hecho, disminuye el ausentismo laboral, mejora la productividad y el clima de trabajo, porque rompe con la monotonía y mejora las relaciones entre los empleados” Vía: http://ergonowebvenezuela.blogspot.com

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Un abrazo Virtual
Saludos!

domingo, 18 de octubre de 2020

APTITUD + ACTITUD = EL VERDADERO VALOR DE LA ALTITUD?

  

“No es tu aptitud, sino tu ACTITUD, la que determina tu altitud”

Zig Ziglar (escritor y orador motivacional)

Esta ecuación matemática de la vida, no sólo está compuesta por tres palabras que se diferencian entre sí por una letra, sino también difieren en su significado. Es común observar en un discurso o conversación confundir las dos primeras de ellas: aptitud y actitud, y en algunos casos porque no es bien articulada, y en otros porque creen que son sinónimos.

Cuando se habla de aptitud con “p” se refiere a tus capacidades, habilidades, destrezas, talentos que tienes para desempeñar una actividad en particular. Por ejemplo, con qué herramientas cuentas para cambiar tu situación?

En cambio actitud con “c” es la manera como actúas ante la vida. En PNL se dice que está asociada principalmente a tres elementos: pensamientos, emociones y acciones. Estos elementos deben estar alineados para que se produzca el cambio.

Si te planteas una situación que quieres mejorar o cambiar actualmente. Y te pido que le des un puntaje a cada letra cuya sumatoria resultara 100.  Cuánto porcentaje o puntos le colocas a “C” y con cuántos puntos cuentas “P” para cambiarla?  ¿Tienes más “C” o más “P”?

Si estas preguntas te hacen pensar, es que te llevan a reflexionar a que tan bueno eres para resolver una situación y que tan dispuesto estás para llevarla a cabo.

Te va sorprender que en la mayoría de los casos, e inlcusive existen psicólogos expertos en el tema que aseguran que en  el cien por ciento de las ocasiones, la aptitud no es necesaria, y sólo con una dosis de 100% de actitud se puede lograr el éxito.

El psicólogo y filósofo William James, dijo: «El descubrimiento más importante de mi generación es que las personas pueden alterar su vida si cambian la actitud de su mente»

Hay unas frases muy sonadas que dicen:

 “No es lo que somos sino lo que hacemos”

 “Somos lo que hacemos día a día” de Aristóteles

”No es solamente por lo que hacemos, sino también por lo que no hacemos, que somos responsables” de Moliere.

Si analizas gramaticalmente, todas estas frases están determinadas por el verbo “hacer”, es decir, un término sinónimo de acción. Y te hacen reflexionar entonces, que la persona que eres hoy en día es el resultado de tu actitud y no de tu aptitud.

Ahora bien, realmente la actitud determina el éxito? Qué pasa si tienes una actitud negativa? También este tipo de actitud te llevará a lograrlo?

El común denominador, o la creencia te hace pensar que una actitud positiva te acerca a lo que deseas, por el contrario, una conducta negativa te aleja de los objetivos. Personalmente hablando, pienso que son sólo etiquetas o creencias superficiales de la sociedad. En algunas de mis consultorías de clima organizacional se ha demostrado que colaboradores y/o supervisores que tienen aparentemente un comportamiento negativo, y que sus compañeros lo rechazan y son la oveja negra del negocio, han causado resultados inesperados, y no necesariamente son del todo malo. Es verdad, una actitud negativa incomoda el entorno y el estándard de las personas, en cambio, un individuo positivo te hace la vida agradable.

 Pero, entre la aptitud y la actitud ¿cuál es la más importante?

 El escritor y pensador español Ramón de Campoamor y Campoosorio dice: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Depende de los contextos, por ejemplo una persona le resultará difícil tener una carrera exitosa como cantante si su voz no le ayuda para nada, y por lo tanto, no posee el talento (la aptitud). Sin embargo la experiencia ha demostrado que la actitud es más importante a la hora de cumplir un sueño, porque quien tiene la actitud correcta, trabajará con disciplina para volverse apto para un rol específico.

Tu actitud determina tu resultado. Pero una actitud correcta, hará que tú y tu entorno sean más alegre. “Es dificil pero no imposible y cuando aprendes a hacerlo así te das cuenta de lo fácil que es disfrutar”, afirma Tamara de la Rosa, psicóloga clínica.

La actitud es, por tanto, clave en todas las facetas de la vida. No cuesta nada ser educado, por ejemplo, saludar al chofer del autobús, y felicitar al mesero por su buen servicio. En lo particular, me hace sentir bien, lo hago como un hábito, y me siento feliz haciéndolo.

No hay doctorado que te haga buena persona, el verdadero valor de tu altitud lo determina una buena actitud hacia la vida (ser, hacer y sentir): siendo amables, agradecidos; haciendo extraordinario cosas ordinarias; y como dijo Teresa de Calcuta: "Que nadie se acerque jamas a ti, sin que al irse se sienta un poquito mejor y más feliz".

 

Ulises Toro

Coach  AICM Nº12506

 

miércoles, 17 de junio de 2020

CUANDO SUELTAS, BRILLAS!



¿Pierdes la paciencia y te preguntas por qué? ¿A veces tienes días en que sientes que te despertaste de mal humor?

Es natural, eres ser humano que experimentas cambios y te enfrentas a situaciones día a día. Lo puedes llamar estrés o emociones confusas.

Especialmente en estos días de confinamiento, puedes estar bajo mucha presión, y la tendencia es enojarse fácilmente, y en ocasiones, como se dice literalmente en criollo, "explotar"cuando estás que no puedes más.

Estar "molesto" no tiene nada de malo. Lo que importa en estos casos, es como manejas el enojo.

No te digo que controles tu enfado, pero si lo puedes reconocer, enfrentar y gestionar. De qué manera? Piensa en posibles soluciones. Para ello, deténte un momento a solas, en un lugar tranquilo, respira, y medita ¿Qué puedo hacer para cambiar esta situación? ¿Qué estoy dispuesto a transformar mi vida?

La respuesta tiene que ir alineada a que te beneficie a tí y a tu entorno, que sea positiva, y que valga el esfuerzo. Algunas opciones pueden ser:

.- Hacer ejercicio puede aumentar tu nivel de energía y hasta ayudarte a mejorar tu estado de ánimo. Puede fortalecer las defensas antioxidantes para hacer frente al mismo estrés.

.- Escuchar música (si son con audífonos mucho mejor).

.- Escribe en un cuaderno o libreta frases de agradecimientos a personas que han contribuido con tu crecimiento personal o profesional. Toma en cuenta todo lo positivo y también todo aquello que te hayan aportado y que te hayan hecho crecer de alguna manera. ¿Qué contribución han hecho a tu vida, a tu desarrollo?
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- Planifica objetivos: realiza una lista también de las metas que quieras cumplir, enfocando tus esfuerzos en tareas realistas, positivas y que sabes que puedes culminar con éxito. Y si es posible colócales una fecha límite!

.- Realiza un curso online o tutoriales de un tema que te apasione o que quieras aprender. Actualmente hay muchos gratuitos en las redes sociales.

.- Medita o practica respirar profundamente, de ser posible al comienzo del día. Tendrá un profundo efecto durante el transcurso del día, sin embargo, hazlo a la hora/momento que mejor funcione para ti.

Sólo tú eres quien eliges ver el vaso medio vacío o medio lleno. Y sólo tú eres responsable de salvaguardar contra viento y marea, tu estado emocional, para que nada ni nadie lo altere.


Para ello, se requiere crear un hábito, un poco de esfuerzo, un poco de práctica y un poco de paciencia, pero si lo logras brillarás con luz propia.

Un abrazo digital!

sábado, 16 de mayo de 2020

LA GRATITUD: UNA VACUNA DE LA FELICIDAD


“La gratitud es una vacuna, antitoxina y un antiséptico”
John Henry Jowett
La gratitud puede ayudarte a cambiar tu situación actual, mejorar tu salud física y contribuir a tu felicidad. Esta teoría que comparto viene asociada con una pregunta: Es la gratitud la cura que nos lleva a la felicidad? Revisando algunas fuentes que tratan el tema del agradecimiento y la felicidad me encontré con los siguientes análisis:
En el 2003 Martin Seligman, prestigioso psicólogo estadounidense, indicó en sus estudios que la gratitud es apreciar la excelencia de la otra persona. Es una sensación de agradecimiento, de apreciación de la vida misma. Se puede estar agradecido con las personas que hacen el bien a los demás, también puede estar dirigida a elementos impersonales o no humanos como Dios, la naturaleza, animales, pero no se orienta a uno mismo. Según la Psicología Positiva, el ser agradecido es la virtud de reconocimiento, valoración y respuesta justa, más que una obligación moral. Y es que esta habilidad está orientada hacia otra persona y se debe analizar en relación con la felicidad, la espiritualidad o trascendencia y el sentido de la vida.
Pero, qué significa realmente agradecer? Indudablemente es una acto que te lleva a un resultado. La actitud contiene tres elementos: acción, emoción y pensamiento. Estos elementos tienen que estar alineados para producir un cambio. Donde pones tu atención condicionas tu pensamiento, luego el sentimiento, seguido la acción y por último el resultado.
Entonces, según estas fuentes para agradecer, debes recibir algo a cambio: un beneficio, un gesto, un favor. Quien agradece, expresa su gratitud: la valoración que se tiene hacia aquel que realiza un bien. En otras palabras, el agradecer supone pedir y recibir. De todo lo planteado, puedo afirmar por experiencia propia que agradecer es una expresión que debe tener una definición más profunda y que faltarían palabras para conceptualizarlo como se merece, que implica también mucha fuerza de humanidad y que si lo conviertes en un hábito te traerá salud y felicidad a tu vida.

PARA QUÉ AGRADECER?
Esta pregunta que  viene a la mente te ayuda a analizar el sentido de “dar gracias”. A  través de los estudios, entrevistas, sesiones  y asesorías realizadas durante mi experiencia laboral y personal, la gente agradece para:
·         “Cuando dedicas un tiempo diario a agradecer, experimentas lo bueno que hay en la vida…”
·         “…para atraer más cosas buenas y positivas a mi vida..”
·         “Dar gracias me fortalece el corazón”
·         “Agradecer me da paz interior..”
·         “Me trae abundancia…”
·         “Ser agradecido me trae salud”
·         “Sentirme bien conmigo mismo..”
·         “Las personas que amo sientan mi amor”
·         “Obtener un reconocimiento”
·         “Poder ver la sonrisa de la gente…”
·         “Me llena espiritualmente”
·         “Mejora la relación con los demás”
·         “Aumenta mi autoestima”
·         “Te lleva a lograr lo que quieres”
De estas interesantes respuestas, se deduce que cada individuo tiene su exclusivo propósito de agradecer, ninguno es más importante que el otro, el valor de estos “para qué” que van desde buscar la abundancia hasta encontrar objetivos, tienen un denominador común: te lleva a una sensación de satisfacción y un momento de felicidad.
Afirma David Steindl – Rast, monje estadounidense, que “no es la felicidad lo que nos hace agradecidos; es la gratitud lo que nos hace felices. Todos conocemos personas que tienen todo lo necesario como para ser felices y, sin embargo, no lo son, simplemente porque no están agradecidas por lo que tienen. Por otro lado, todos conocemos también personas que no son para nada afortunadas y, sin embargo, irradian alegría, simplemente porque aún en medio de su miseria son agradecidas. Así, la gratitud es la clave de la felicidad”.
Si a estas referencias le sumamos el aspecto empírico, ya la ciencia ha demostrado que las personas agradecidas suelen ser más felices,  porque el hábito de agradecer libera neurotransmisores como la dopamina, responsable de las sensaciones placenteras y de relajación.
Asimismo, la gratitud produce importantes cambios en la biología del cerebro, debido a la plasticidad neuronal: se activan regiones que permiten una mayor comprensión de los demás, suavizan el estrés, mejoran la frecuencia cardíaca y reducen el dolor (físico y emocional).
Hasta aquí queda evidenciado parte de mi hipótesis es decir que la gratitud trae beneficios para la salud, te proporciona bienestar y según algunos autores es clave de la felicidad.
Ahora bien, indagando más, en el ámbito laboral cito igualmente para hacer un análisis de este tema al psicólogo estadounidense, Abraham Maslow, mediante su teoría del desarrollo humano plantea que las necesidades (Pirámide de Necesidades de Maslow) de los seres humanos son las que te motivan a crecer o evolucionar. Esta pirámide utilizada en el mundo del desarrollo organizacional consta de cinco niveles que están ordenados jerárquicamente según las necesidades humanas que atraviesan todas las personas. Esta teoría tiene diversas aplicaciones prácticas en las empresas. Sobre todo en cuanto a la motivación de los trabajadores. La productividad se incrementa si el personal es feliz y están motivados para hacer un buen trabajo. En la medida que se va cubriendo necesidades como tener un empleo, recibir salario, se asciende en la pirámide a estabilidad y seguridad, fortalecer las relaciones, éxitos en el trabajo y reconocimiento, luego se van desarrollando nuevas motivaciones que te hacen llegar al último nivel llamado “autorrealización”, el individuo querrá prosperar a nivel personal, y para ello debe convertirse en un experto en lo que hace.

Por ejemplo, de acuerdo a Peter Senge, ingeniero norteamericano, una organización es inteligente cuando las personas que la conforman pueden satisfacer sus necesidades de autorrealización (nivel más alto de la pirámide), porque ya tienen satisfechas sus necesidades de reconocer y recibir el reconocimiento que merecen.

Sin embargo, el reconocimiento va más allá, es algo mucho más complejo: es darse cuenta, es ver, pero especialmente es agradecer; es hacer visible tu agradecimiento y así ampliar la capacidad de construir bienestar. Y el “estar bien” genera sensaciones agradables que te pueden llevar a ser feliz. Aunque lo que se entiende por felicidad es mucho más complejo, diversos autores explican que no tiene una definición concreta, sólo se puede conocer a través de la experiencia personal. Tiene mucho que ver con el momento presente. Es decir, que cada individuo posee su propio concepto de felicidad.
El doctor Albert Figueras, médico español, comenta varias frases interesantes relacionadas al bienestar y la felicidad:

“El ser humano debe aprender a disfrutar de las pequeñas grandes cosas que existen, aunque cueste reconocerlas”.

“Desde un punto de vista neurológico, la felicidad es un estado momentáneo en el que el ser humano se siente bien. La felicidad pasa casi desapercibida, por eso hay que estar atento de vivir el momento presente en toda su dimensión y con todos sus sentidos para que cuando llegue no se nos escape. La gente suele vivir pensando en el futuro y se olvida de que lo único que está viviendo es el momento presente. La gente espera una felicidad eterna y no existe”.
“Antes asociábamos felicidad con tener la mejor televisión del mercado. Tal vez ahora la gente se dé cuenta de que estar con la persona que quieres viendo una película una tarde cualquiera es uno de los mayores placeres con que te puede obsequiar la vida”.
En el mismo orden del medio laboral, dirigir con gratitud, es una herramienta que si la sabes gestionar puede generar abundancia y satisfacciones. Imagínate si este principio se pudiera extrapolar también a la vida personal. Sería la cura que estás buscando? Gay Hendricks, psicólogo estadounidense y autor de más de veinte libros de desarrollo personal, asevera en sus estudios que ha descubierto un sistema que consiste en hacer de la gratitud un proceso permanente. Cito textualmente: “Céntrate primero en la gratitud. Dirige con aprecio…Esto, más que cualquier otra cosa, consiguió que nuestra existencia empezara a dar un giro en dirección de la abundancia”.

El resultado que se trae a colación, después de estas investigaciones y análisis, es que la gratitud es un acto de reconocimiento que debes practicar. Que todo es cuestión de la actitud y del impacto que quieres que se refleje en la realidad que te rodea. La decisión es tuya, depende de tí la dirección que tomes, bien sea el camino más corto o más largo, la gratitud es la fuerza que te empujará a adquirir un estilo de vida, que te llevará a disfrutar  una experiencia plena y realizada.
Hay muchas maneras de practicar la gratitud en el día a día y  son exclusivas de cada persona, bien sea de forma mental, orando, haciendo una lista de agradecimiento, expresando con palabras “gracias”, ó con un abrazo. La gratitud es una puerta que abres sabiendo que cada paso adelante es un paso hacia el logro de algo más grande y mejor que tu situación actual.
Estudios demuestran que la gente agradecida es más feliz porque en vez de preocuparse por las cosas que le faltan, agradece lo que tiene.
Culmino con una reflexión de Roy T. Bennett:
“Sé agradecido por lo que ya tienes mientras persigues tus objetivos. Si no estás agradecido por lo que ya tienes, ¿qué te hace pensar que serías feliz con más?”