Pasamos mucho tiempo a estar predispuestos en el trabajo, con nuestros compañeros, nuestro personal y hasta con nuestro supervisor inmediato. Pero, les invito hacerse la siguiente pregunta: Estar siempre a la defensiva nos ayuda estar bien con nosotros mismos?
Seguramente la respuesta a esa pregunta es “no”; a nadie le gustaría estar en un ambiente de trabajo tenso, incómodo, o como la palabra muy de moda con “vibra negativa”, primero porque se ha demostrado que los trabajadores bajo una situación de estrés son más improductivos y segundo debido a que la esencia de toda persona es buscar su bienestar laboral.
Estas actitudes defensivas son mecanismos de defensa que se ha creado el trabajador bien sea por una experiencia desagradable o por protegerse de un grupo de personas que ponen en tela de juicio su capacidades dentro del trabajo. La situación es que estamos creando barreras de comunicación que representan un freno en nuestra productividad, y por ende, según el cargo que ocupa dentro de la estructura organizacional puede afectar negativamente el negocio.
Es natural de las personas que cuando son atacadas defenderse, y responderán con lo primero que les viene como decimos en criollo “de la tapa del estómago”. Haciendo una pausa nos damos cuenta luego que esta clase de actitud no es conveniente ya que es generadora de conflictos. Este obstáculo de comunicación también lo sufren los patronos y supervisores, que observando un gesto, frase o una expresión corporal de un personal, percibiendo una información incorrecta a la que realmente es, se hacen una creación de una situación que genera un grave deterioro en la comunicación, y en estos puestos de trabajo de jerarquía no pueden darse el lujo de poner en vilo las relaciones laborales, ya que a diferencia que las personales, las relaciones de trabajo tienen mayor impacto en el negocio.
Pero la buena noticia es que podemos hacer un esfuerzo y tener una actitud adecuada, Cómo? Los siguientes son unos tips que ayudará a cualquier miembro de una organización a evitar estas piedras comunicacionales:
· Ante una discusión, es mejor abandonar el escenario educadamente, y replantearse en otro momento el tema para obtener soluciones más objetivas, de esta forma, se minimizarán decisiones ofensivas y radicales que no beneficiarán a ninguna de las partes en conflicto.
· Los cambios que se pueden discutir sobre cualquier asunto en el trabajo es mejor no hacerlos frente a terceros, sino cuando sea el momento oportuno ya que esto también puede generar conflictos o situaciones tensas.
· No entrar en enfrentamientos, se debe evitar a toda costa discutir. Bajar el nivel de la voz (bajarle dos) con el objetivo de saber más de la otra parte en discusión.
· Criticar constructivamente, es decir, se debe saber dar y recibir críticas.
· Se debe ser impecable con las palabras, esta expresión fue muy sugerida en un artículo anterior, por ello hago hincapié, debemos tener cuidado con las palabras que se utilicen es mejor pasar por político que usar expresiones que pueden provocar discusiones estériles, por ejemplo: “Siempre” llegas tarde, “Nunca” haces la transferencias a tiempo, “El mismo cuento de siempre contigo”, “No lo has hecho aún”, etc…
· Saber escuchar, dejar hablar a los demás e inclusive animar a la otra parte a opinar.
· Un consejo muy importante para evitar actitudes defensivas es mirarse a los ojos, ya que demostraremos que es importante lo que dice.
Para terminar ahora les pregunto: ¿Nos beneficia seguir estando a la defensiva?
Saludos Cordiales,
Ulises Toro